Hay que vivir nuestros propios sueños


Javier Echevarría en la UPAO
El psicólogo Javier Echevarría ofreció una conferencia este 18 de agosto, en la Universidad Privada Antenor Orrego, con la finalidad de orientar a los jóvenes acerca de qué hacer con sus vidas, qué deben tomar en cuenta para poder vivir sus sueños.
Echevarría mencionó que las personas tienen diferentes necesidades, como dirigir, vocación de líderes, otros tienen la necesidad de hacer, de crear, de expresar sentimientos y otros tienen la necesidad de servir, a partir de ahí ellos pueden saber el camino a seguir, una persona que le gusta dirigir ser líder, puede estudiar administración, como otro que le gusta expresar puede estudiar comunicaciones y otro con vocación de servir puede estudiar medicina.
Pero eso solo puede ser un camino, existe otro y lo describió de esta forma, hay jóvenes que le gusta el hombre como objeto de estudio, otros les interesa a la naturaleza y a otros que les gusta lo material, una persona que le gusta o que o tiene objeto de estudio al hombre puede estudiar enfermería, la persona que le gusta la naturaleza puede estudiar veterinaria, y si son materialista pueden estudiar economía, contabilidad.
A este camino se le agrega otra, opción complementaria: ¿dónde quieren estar? A una persona le gusta mucho los amigos, estar en grupos, se pasa su carrera estudiado en grupo, trabajando con gente, pero cuando salen al campo laboral y se encuentran en una oficina solos, de pronto sienten que son buenos en su campo, tienen éxito, pero no les gusta su trabajo, viven pensando en el fin de semana y hacer otras actividades, suele ser un suficiente motivo para cambiar de profesional.
Echevarría agregó, que los test de vocación tienen sus ventajas, “¿Es bueno que los jóvenes se confundan en esos test?”, por que buscaran en ellos su propia respuesta, y no dependerán de terceros, por lo menos el mayor peso de su decisión será por ellos mismos, aconsejo que los jóvenes deben salir del anonimato, de pensar que “el mejor camino no es el más fácil”, agregó
El joven debe buscar sus propias respuestas, conocerse y atreverse a decidir por sí mismo, a seguir y vivir su propio sueño, “Zoila, de Trujillo, le gusta la contabilidad, pero también le gusta la danza, y a la vez le interesa los proyectos de ayuda social, ella puede terminar su carrera empresarial de contabilidad, e ir estudiando a la vez danza, cursos de desarrollo social y poder crear su empresa de danzas que se dedique a enseñar a personas con bajos recursos económico o alguna discapacidad, de esa forma puede integrar sus tres cualidades y vivir sus sueños”, señaló
Finalmente Invito a los estudiantes a su obra de teatro, que se llevara a cabo en abril del 2010, en la ciudad de Trujillo.

Nota Periodistica

“El centro de
Trujillo necesita
un cambio urgente”

El tránsito vehicular es uno de su grandes problemas

Al caminar por las calles del centro de Trujillo se observa a vehículos de entidades públicas, de personajes que trabajan para el Estado y personas particulares estacionadas en zonas rígidas. No obstante, ello suele ser una costumbre que se practica en varios puntos de la ciudad.
Se educa con el ejemplo, reza una dicho que debería ser practicado por todos quienes intregan las entidades, como hospitales, y la municipalidad.
“Es lógico que nuestra ciudad este así de desordenada. Al incumplir las normas, las gente está demostrando que no es educada. ¿Acaso son ellos verdaderamente el ejemplo de una sociedad que se encuentra en el subdesarrollo”, comentó el abogado Pedro López de 34 años, quien siempre transita por estas céntricas calles.
El arquitecto de 24 años, Carlos Villarán, consideró que las céntricas calles no están preparadas para recibir una gran afluencia de autos. “Se dice que el intenso tráfico se debe a la cantidad de taxis y los restaurantes que atraen mucho sclientes”, consideró.
“Sin zonas de estacionamiento debidamente ubicadas, puesto que no existe un plan urbanístico bien estructurado, vamos a seguir viendo el desorden”, agregó.
La pregunta, entonces, se vuelve por demás redundante ¿cómo atenderán los problemas de afluencia de tránsito vehicular y el respeto a las zonas rígidos?
La redistribución del tránsito vehicular hacia las calles aledañas para que no recorran el perímetro de la Plaza de Armas de Trujillo, provoquen, en algunas horas, un congestionamiento intenso. Si a esto se suma los vehículos mal estacionados y en zona rígida así como el incremento de contaminación sonora, de que ‘gran cambi’ hablamos en Trujillo

Cronica

¡Todavía puedo!

Lorenzo Vargas Santiago tiene 82 años y sigue trabajando cargando peso en el Mercado La Hermelinda.

Dante Ñiquen Flores

“Tengo 82 años y todavía puedo”, afirmó Lorenzo Vargas Santiago, uno de los más veteranos carretilleros del mercado La Hermelinda, en una muestra que fuerza y edad pueden convivir en un matrimonio feliz. Tiene estatura de adolecente y una delgadez que no da pena, si no admiración - todo en él parecen músculos fibrosos-, aún así su expresión deja serias dudas.
La mañana estaba fría y opaca, el olor de papá, pollo, pescado, característico de un mercado mayorista, me trasladaba a otra realidad. “Le ayudo comprando, un sol no ma”, escuchaba en mi espalda. Era un niño de ocho años pidiendo trabajo a una señora que compraba papayas. Ella aceptó el servicio, amablemente del carretillero.
“Lleve, lleve, para todos los tipos de parásitos, Zen producto natural”, se oía fuertemente por los desordenados pasadizos de tierra de este mercado. Intentaba avanzar. Era como estar en una cola del banco. Luego de unos cuantos minutos de esperar y caminar lento, logré salir y encontré a la persona que estaba buscando: Mi entrevistado.
“Yo trabajo desde hace 20 años aquí, papá”, respondió con orgullo Lorenzo, quien parece un niño cuando le pregunte ¿le gusta trabajar? No escuchó muy bien. Entonces, me acerque a su oído y le grite mi inquietud.
“A mí me gusta trabajar aquí, tengo 12 hijos, una está en Chile y otros trabajando como comerciantes”. ¿Y a qué se dedicaba antes?, “Yo tenía mis hectáreas, cosechaba papá por camionadas allá en mi tierra Julcán, Calamara”. ¿Por qué vino a Trujillo? “Yo me enfermé de la próstata y me trajeron al Hospital Regional. Tenía 52 años. Cuando me recuperé mis hermanos se habían agarrado mis tierras, ya no tenía donde sembrar, mis hijos se consiguieron unos terrenitos por Laredo. Allí siembran con mi señora, y yo me dedico a trabajar como carretillero. Mis hijas dicen que ya no trabaje pero yo todavía puedo”.
Alquila su carretilla de lunes a sábado. Paga un 1.50 a la asociación y a veces gana 15 o 10 soles, que sirve para su comida. No es mucho lo que gana, pero es honrado. Los domingos se toma el libre. Entonces, visita a sus hijos. “Este domingo le voy a llevar su propinita a mi hija que tiene su puestito en un mercadito del Alto Trujillo, ahí vivo yo en la Ms. P Lote 25 – Bolongo”, contó.
José Tirado Solís es un joven de 16 años y colega de Lorenzo. “El señor es buena gente, cuando tenemos problemas nos aconseja, es uno de las antiguos en este mercado”, respondió.
Jacobo Pérez Rojas de 18 años, otro carretillero, coincidió en el respeto al anciano de 83 años. “Aquí entre todos nos apoyamos, hay muchos niños que salen de sus casas por que no tiene ni para ir a estudiar, ni comer, en otros casos los castigan, el señor Lorenzo siempre nos ayuda y apoya como nosotros a él” valoró.
No sé si incómodo por los halagos o porque el tiempo apremiaba y tenía seguir trabajando, Lorenzo inició la partida. “Ya me tengo que ir, hay que trabajar, otro día conversamos”, se despidió y se perdió entre los comerciantes de La Hermelinda.

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